5.8.13

I Sus primeros años en Campillos

-Golpeaban la puerta- ¡Jimena, déjese de dormir, ya es hora de despertarse, levántese arréglese ya sabe lo que tienes que hacer con esas niñas las viste las peina y en fila en el comedor a las 12:30!

Como todos los días Sor Soledad la despertaba golpeando su puerta antes que a todas las niñas del internado, para que arreglase a las 25 niñas, pues era la mayor, y su labor era hacer el papel de madre de todas las niñas, esa idea a ella la mataba, ella sería una joven, pero no una madre, menos mal que tenía su apoyo. Sor Margarita , esta monja era intima amiga de Julieta , la madre de Jimena, no había nada que Sor Margarita no supiese de ella , tanto es así que justo después de que sor Soledad llamase a su puerta , sor Margarita entraba en su cuarto para contarle y preguntarle como seria su día.

-¡Jimena ya estoy aquí! –le decía con una voz dulce, abriendo su puerta, mientras que entraba y se sentaba en una esquina de su cama.- ¿Jimena cariño que te pasa? ¿Por qué son esas lágrimas?

-Nada Sor Margarita, estoy ya cansada de esa vieja bruja, y no puedo hacer nada –Decía esto mientras se levantaba y reposaba su cara en el hombro de sor Margarita-Algún día de estos se dará cuenta de que no puedo seguir así, Si no fuese por ti… no se que haría, ya no puedo seguir así- Decía esto mientras el sol entraba por la ventana alumbrando su cara y dejando mas a la vista sus lágrimas-.

-Jimena , no hace falta que me digas sor , ya sabes que yo no quiero ser superior a nadie tanto tú como yo somos iguales, y cariño, entiéndela, ya es mayor , no tendrá ganas de nada – secándole las mejillas- ya te contare un poco más de su vida , que tenemos prisa – le dijo esto mientras se disponía a hacerle una trenza.

En ese momento sor Margarita no había sido consciente de lo que en la cabeza de Jimena iba a rondar , su intriga iba siendo más grande y no podía pensar en otra cosa que no fuese el pasado de sor Soledad ,¿ por qué era así su comportamiento? , pero tenía que arreglar a las niñas, si no la reñiría.

-Margarita dese prisa tengo que arreglar a todas esas chicas peinarlas vestirlas en fin…la misma rutina de siempre

-Jimena, has quedado guapísima –dándole así un beso en su frente, y saliendo por la puerta.-

-¡venga niñas levantad! - iba llamando puerta por puerta de mayores a menores, siempre dejando a su pequeña Patricia, una niña de 4 años a la que quería con prioridad-¡Bueno días patricia! –esta estaba dada la vuelta con sus ojillos cerrados, los pelos algo desaliñado nunca la había visto así , pensó que estaría resfriada, siguió cercándose cada vez un poco más y diciendo su nombre cada vez mas alto , pero no daba señal de vida , la giró y le vio los ojos , los tenia hinchado cerrados y de un color pálido , que no era muy normal la cogió en sus brazos , notaba que su pulso cada vez iba más lento bajó las escaleras que daban al patio interior, la niña bajó su mirada, sus brazos cayeron y en medio de ese patio se escucho un grito que arrebataba la vida de una persona, aún así, siguió con la niña en brazos, llegó al sótano donde estaba el gabinete médico.

La puerta estaba cerrada, estaba desesperada, angustiada, no podía más, cayó al suelo llorando a voz honda, porque su pequeña Patricia, la que para ella era su hermana, ya no la recibiría con ese ¡Buenos días emana! Ya que ella no sabía pronunciar bien, sus padres eran vecinos, y cuando era pequeña se llevaba las tardes en su casa con ella a solas, ya que su madre tenía que trabajar.

Los padres de Patricia tenían que ir al otro lado del puente para trabajar, un día dejaron a la niña sola con su hermano de 5 años, el hermano incendio la casa y murió, ella sobrevivió, pero nadie la pudo acoger en su casa e internó.

Con la niña en brazos y ya derrotada en esa puerta de madera, lloraba como una madre, y sus lagrimas recorrían su rostro llegando a la cara de una niña pálida pequeña , de la que ya no sabría mas , de la que el ultimo recuerdo que tuvo fue un te quiero hemana.

De la angustia se ahogaba , se abrazaba como si de una pluma se tratara , con la mirada perdida, ya no podía hacer nada, en ese momento solo se le pasaban por la cabeza las tardes vividas con su pequeña, entonces entro sor Soledad.

-¿Jimena qué ha pasado? ¿Qué haces con esa niña en brazos?-Le pregunta con una mirada acusadora, una mirada que mataba.

-Sor Soledad, no es lo que parece, yo no…-siendo interrumpida-

-No hables bruja como has podido matar a una niña, lo ves normal-gritando a chillidos con una voz, que corrompía el agua

A todo esto que se acerca sor Margarita.

.- ¡Sube a tu habitación termina tus tareas, y ya hablaremos esta noche!

Estas palabras removieron las entrañas, corazón y pensamientos de Jimena, tanto es así que se levantó con una furia tremenda y se largó secándose sus lagrimas como si nada hubiese pasado,

Las monjas se quedaron a solas y empezaron a hablar:

-La ha matado- dijo con una voz imperante-

-Mire Soledad no diga usted tonterías mire, mírela, no tiene ninguna marca

-Me da igual que tenga marca o no, escuchaste ese grito, ¿acaso no viste, que la niña está muerta?, ¡Inquisición, eso es lo que a esa estúpida niña le espera!-le iba diciendo esto mientras se asomaban al patio exterior.

-Espera no salgas por esa puerta, ¿no ves a esa niña? ¿No la ves? Está tumbada en el suelo. ¿Acaso no te preocupas por ella? ¡Tú también la estás matando dejándola aquí sola, te acusamos de bruja a ti también!-Haciendo reflexionar a Sor Soledad.-

-Margarita déjese de estupideces no toquemos la vida de esa infeliz, Patricia siempre fue eso, una infeliz, ¿no viste como su madre dormía entre brazos de otros hombres? ¿De verdad crees que su padre es Lorenzo?-Se le notaba herida, molesta.-

-Ahhh claro se me olvidaba tu amado Lorenzo, al que como no te quería le quemaste su casa con sus hijos adentro, por eso ella era una “infeliz” ¿no?- Dijo Sor Soledad con una cierta ironía en su voz- ¿quieres que hable de tu fe? , esa que siempre dijiste tener y nunca la tuviste ¡ellas no saben tu secreto, pero yo sí, eso es para llevarse a la Inquisición!, y también tu forma de comportarte con Jimena, ¿crees que no se enterará de que…?-Fue cortada por Soledad -

-¡Margarita! No hables más…-Rompió a llorar- está bien, yo no contaré nada de Jimena, pero mantén tu boca bien cerrada. -dicho esto, se secó las lágrimas y salió al patio. Detrás iba sor Margarita con Patricia en sus brazos, la cual subió a la planta y entró en la habitación de Patricia, la dejó en la cama, y la amortajó.

Eran las 12:00. Jimena se dio toda la prisa posible y así, fue, las reviso a todas en el pasillo antes de bajar al comedor.

-Lazo

-Si

-Vestido bien ajustado

-Si

-Calcetines subidos

-Si

-Zapatos limpios

-Si

Y así con 24 niñas, todas perfectas.

Podéis bajar al comedor ya que estáis todas bien, - es entonces cuando ve una puerta entreabierta, y ve a su hermana su pequeña Patricia, en ese momento se le vino el mundo abajo, su habitación no era igual. Llena de flores, como si las 25 niñas se hubieran dedicado a cortarlas, y en medio una cama, con sus sabanas blanca, tan relucientes, que no creía haber visto nunca un blanco igual.

-Patricia, ¿qué te pasaría? , ¿Por qué me dejaste?-dándole un beso en la frente –Te quiero

Y con rapidez, por lo que había pasado en el sótano, salió del cuarto, nadie la había visto y bajó las escaleras con todas las niñas.